El senderismo en la montaña es una actividad que ofrece una conexión única con la naturaleza, pero también conlleva responsabilidades para garantizar la conservación del entorno y la seguridad de todos. Una de las prácticas más importantes es seguir las rutas marcadas y no desviarse de los senderos establecidos. Esto ayuda a proteger la vegetación y a prevenir la erosión del suelo, que puede resultar dañina para el ecosistema local. Además, es crucial llevar consigo toda la basura y desechos, siguiendo el principio de «no dejar rastro». Usar bolsas de residuos y llevar todo lo que se ha llevado al llegar al punto de inicio asegura que la belleza natural del lugar se conserve para las futuras generaciones.
Otro aspecto fundamental es prepararse adecuadamente antes de emprender una excursión. Esto incluye investigar sobre el clima, la dificultad del sendero y las condiciones actuales del terreno, así como llevar el equipo adecuado como ropa impermeable, agua suficiente, y mapas o dispositivos de navegación. También es aconsejable informar a alguien sobre la ruta planificada y el horario estimado de regreso. La seguridad en la montaña depende en gran medida de la planificación y la previsión, por lo que estar preparado no solo minimiza los riesgos, sino que también contribuye a una experiencia más placentera y segura.
