Sleeping Bag
A la hora de acampar, uno de los elementos más importantes para asegurar una buena noche de descanso es el sleeping bag o saco de dormir. Elegir el adecuado puede marcar la diferencia entre una noche confortable o una experiencia fría e incómoda. Existen diferentes tipos de sleeping bags, diseñados para diversas condiciones climáticas y estilos de campamento. Desde los modelos ultraligeros para senderismo hasta los térmicos para temperaturas extremas, cada tipo responde a necesidades específicas del campista.

Los principales tipos de sleeping bags se clasifican por su forma y relleno. Los más comunes son los de tipo momia, que se ajustan al cuerpo para conservar mejor el calor, y los rectangulares, que ofrecen mayor libertad de movimiento. En cuanto al relleno, los sacos de pluma natural son más ligeros y cálidos, ideales para climas fríos, mientras que los de fibra sintética son más resistentes a la humedad y fáciles de mantener, lo que los hace adecuados para condiciones variables.
Un aspecto clave al elegir un sleeping bag es su rango de temperatura. Cada saco indica la temperatura mínima para la cual ha sido diseñado, normalmente dividida en tres niveles: confort, límite y extrema. Es fundamental considerar no solo la temperatura esperada del lugar donde se acampará, sino también el aislamiento del suelo y la ropa que se utilizará. Para campamentos de verano basta con sacos ligeros, pero en zonas de montaña o invierno, uno con buena capacidad térmica es indispensable.

Finalmente, al comprar un sleeping bag, es recomendable probarlo antes si es posible, y considerar el peso, la compresibilidad, la facilidad de limpieza y si cuenta con características adicionales como capucha ajustable o bolsillos internos. Marcas reconocidas como The North Face, Marmot o Coleman ofrecen opciones para distintos niveles de experiencia y presupuesto. Elegir bien no solo mejora la experiencia, sino que también garantiza seguridad y bienestar en cualquier aventura al aire libre.
